El fin de un principio – de Alex Blanco

¿Hay algo más honorífico que te dediquen una poesía? Gracias Alex Blanco por esta poesía, pero sobre todo por hacer de tu vida un poema.

El fin de un principio – de Alex Blanco
El hombre en su crueldad eterna con el hombre
no sólo respetaba a la naturaleza,
sino que pretendía una unidad con ella.

El hombre de los Andes amante de la alpaca,
el chasqui infatigable, la momia de la niña,
la ciudad olvidada por las cimas del cielo…

¿Qué quedó de los incas, salvo tú, Adrián Silisque?
¿Del guerrero muerto antes de comenzar la lucha
por la flecha invisible que llamaron viruela,
de aquellos sacerdotes fieles a Viracocha,
de Cuzco, de su Cuzco,
amazona de piedra montada sobre un puma?

Gracias a los ardides que heredamos de Homero
y con la magia negra de la pólvora aleve,
los diecisiete bárbaros codiciosos demostraron
que el Inca era tan sólo la imagen reflejada,
aumentada de otro hombre en un espejo de oro.

Llegaron más morriones con las crestas metálicas
para menospreciar a la también mortal
creadora de vida en su verdor espléndido,
envenenando su útero con las minas de plata.