El regreso a casa

El regreso a casa

La experiencia en Perú sería inolvidable, y las amistades gestadas, mucho más. Pero era hora de volver a casa, a seguir trabajando desde donde se plantea como el epicentro del proyecto: Humahuaca. Pero antes debía pasar por la frontera entre Perú y Bolivia. Y allí surgieron los problemas.

Hacía varias semanas que la población de Puno y alrededores se había levantado contra su gobierno. Desde el gobierno centralizado de Perú, cosa típica en latinoamérica, se había dado la concesión de la explotación de minerales a una empresa minera canadiense. Los lugareños, sin ser consultados, y estando en contra de la contaminación que una industria como esta provoca, solicitaron la anulación de dicha concesión. Sin embargo, todo estaba dicho, ordenado desde detrás de unos escritorios a miles de kilómetros de allí. Y para ser escuchados, los manifestantes cortaron el paso en la frontera. Nadie podía cruzar de Bolivia a Perú ni visceversa.
Nadie excepto un grupo de intrépidos viajeros que debían pasar a Bolivia sí o sí. Este es el grupo:

Las fotos son cortesía de Erik Van Gelder, quien supo retratar la situación en todo momento.
Por consejo de los habitantes, decidimos tomar un barco, que nos dejaría cerca de la frontera. Y efectivamente así fue. Allí nos esperaba un grupo de hombres, mujeres y niños con pequeños botes, por demás de viejos. Ahí es cuando se ríe de las clases sociales, me sentía en Titanic. Habíamos pagado un buen dinero, pero si no te subías a ese bote, no había opción de llegar a tierra firme. Así que ahí estábamos latinos, europeos, yankis, todos en el mismo destino.

Llegamos a la frontera y tras caminar unos 500 metros nos encontramos con la oficina de inmigración. Todo estaba en orden. Diez minutos más tarde estábamos del lado boliviano. Y yo podía seguir mi… camino a casa.

LIMA – La teta asustada

LIMA – La teta asustada

A pesar de que estaba disfrutando Lima como un verdadero turista, tuve que hacer acopio de fuerzas y no perder de vista la dirección de mi trabajo. Dejé de vagabundear por los paseos de la costanera y me contacté con Gustavo Saavedra.
Fue curioso, porque llegué a Gustavo buscando a Delia. Delia García fue la directora de producción de La teta asustada (nominada al Oscar por mejor película extranjera), la película de Claudia Llosa. Gracias a Gustavo Saavedra, quien también es parte de la productora El Directorio, logramos reunirnos e intercambiamos ideas, opininiones y un café 😉

Días más tarde les enviaría el guión y en estos precisos momentos se encuentran leyéndolo.
Leer un guión con la vista puesta en la realización, imaginándose cómo será la factura final de una película no es tarea fácil. Les deseo a mis amigos, la mejor de las lecturas 😉

Al otro día visité el Barrio Chino, curioso distrito en el corazón antiguo de Lima.

Hice un último recorrido por la plaza principal del casco antiguo y descubrí una maravilla, que quizás más ciudades andina podrían imitar: sembraron plantas autóctonas en las plazas. Me quedé maravillado ante la flor de una planta que suelo comer con frecuencia, por sus características nutritivas: la quinoa. Sus flores, una belleza exquisita.

EL VALLE SAGRADO, Ollantaytambo

EL VALLE SAGRADO, Ollantaytambo

Ollantaytambo es el escenario perfecto para El Imperio Inca. De una arquitectura exquisita, sorprenden sus andenes, sus almacenes, y cómo no, los monolitos de piedras gigantes. Era un centro importante para los incas, desde donde podían mantener bajo control a todo el valle sagrado.
Las primeras incógnitas siempre vienen cuando nuestra mente no puede explicar un hecho, y otra vez vuelve el tema del tamaño de las piedras. ¿Cómo hicieron para llevar esas rocas hasta la punta de la montaña? Y en mi caso, se sumaba el hecho de ¿Cómo reproducir esto en una película?

Los andenes también son espectaculares, lo que demuestra que la agricultura era una de las cosas más importante del imperio.

La cosecha, lo que correspondía al «estado» y que volvía en forma de dádivas o de «rescate» cuando algún suceso extraordinario sucedía, se almacenaba en unas habitaciones que podían mantener los productos por decenas de años, literalmente.

La planificación de la ciudad era alucinante. En muchos lugares solo quedan los cimientos, pero se puede apreciar que cada cosa tenía su lugar en el mundo de los incas.

Si se decide entrar en co-producción con Perú, seguramente este sitio estará entre la lista de las locaciones donde se filmará El Imperio Inca.

Y por fin Perú! – Arequipa

Y por fin Perú! – Arequipa

Luego de un viaje casi doce horas y en un colectivo que no tenía calefacción, llegué a Arequipa. En el transcurso conocí a Jake, un chico inglés que también llevaba tiempo viajando por Bolivia y ahora empezaba Perú. By the way, Jake, I don’t have your e-mail!
Para nuestra suerte, nos conocimos en el autobús y pudimos alquilar un hostal juntos, a las 4 de la mañana. Andar por una ciudad desconocida, buscando un hotel, no es muy recomendable que digamos… eso si no se están buscando experiencias para escribir una historia de suspenso, persecusión o terror.

En Arequipa habían dos intereses: el museo donde yace La Momia Juanita y el cañón del Colca.

El Museo Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María era un Have To. El descubrimiento de la Momia Juanita y de todo su ajuar es algo vital para el conocimiento de la cultura inca y, en mi caso, para poder reconstruir todo aquel universo que ellos han creado.
No era posible sacar fotografía, pero pude adquirir un libro donde se detallan, en texto e imágenes las piezas que se exponen en el museo.

El cañon del Colca fue imposible de visitarlo porque requería de un tiempo del que no disponía, debía partir cuanto antes a Cusco y debí conformarme con las fotografías que viajeros y agencias cuelgan en internet, como la que se muestra a continuación:

La ciudad de Arequipa, en sí, guarda mucho de su época colonial y es conocida como la Ciudad Blanca, por sus construcciones hecha en piedra del color que ya has deducido.