La tumba de Atahualpa

La tumba de Atahualpa

Uno de los acontecimientos más importantes de los últimos años que ha sucedido, o mejor dicho, que está sucediendo, en el ámbito del estudio de la cultura incaica, es el descubrimiento de la tumba de Atahualpa.

Tuve la oportunidad de establecer un diálogo con la historiadora Tamara Estupiñán, quien con el apoyo del Instituto Francés de Estudios Andinos, y tras más de diez años de investigación sobre la presencia inca en Ecuador, descubrió lo que podría tratarse de la tumba del Sapac Inca Atahualpa.

La ubicación estaría en la región de los Sigchos (provincia de Cotopaxi, Ecuador), en el sitio arqueológico Malqui-Machay, cuya traducción del quechua al castellano sería «sepultura del cuerpo del progenitor del ayllu». Recordemos que ayllu podría entenderse como linaje, una forma de comunidad familiar, o conjunto de familias ligadas por algún parentesco. Si también recordamos que una vez que moría un Sapac Inca, éste pasaba a convertirse en el progenitor de un nuevo ayllu, entonces Tamara tiene muchas posibilidades de estar en lo correcto.

Lo que sorprende es que las autoridades de su país, Ecuador, no estén brindando el apoyo necesario para proceder a excavaciones dignas de un personaje clave en la existencia del Tawantinsuyo. Pero Tamara es optimista, o por lo menos así lo percibí yo.

Aprovechando su enorme trayectoria profesional, le pregunté sobre algunas dudas que tenía y sobre temas que, incluso hoy, son controvertidos, aunque cada vez nos acercamos más a lo que podría haber sido. Preguntas como ¿Dónde nació Atahualpa? ¿Qué hay de cierto en las historias de sus generales? ¿Existía el Reino de Quito que promovieron algunos historiadores? estuvieron sobre nuestros escritorios respectivos, virtuales, a distancia. Un océano de por medio que no se sentía en absoluto.

Para finalizar comparto un breve documental sobre la historiadora y cómo llegó a la conclusión de que Sigchos posiblemente habría sido la región a donde se llevó el malqui de Atahualpa, o el cuerpo momificado del último Sapac Inca del Tawantinsuyu. Que lo disfruten.

CUSCO – WANACAURI

CUSCO – WANACAURI

El Wanacauri es un Apu, un cerro sagrado, situado en la cercanías de Cusco.
Maykon, un gran amigo, también director de cine, cusqueño, me invitó a la ceremonia que año a año se realiza en aquel lugar donde los Incas solían enviar al príncipe que debía realizar los rituales sagrados para convertirse en el Sapac Inca, el rey de las cuatro regiones del mundo.

Salimos por la noche, en un camión y tras una hora de viaje, mas o menos, subimos hasta más de 4000 metros. La altura se hacia notar. A pesar de mis genes andinos, mi temporada viviendo al nivel del mar, había hecho mella en mi resistencia a las alturas. Tampoco ayudó el hecho de que no tuviésemos una tienda de campaña (carpa) y tuvimos que improvisar con una gran plástico, pra cubrirnos del frío.

Al otro día, como si el frío nocturno nunca hubiese existido, comenzó la ceremonia que consistía en la representación de una de las leyendas sobre el origen de los incas: La leyenda de los hermanos Ayar.

En ese momento me sentí muy agradecido a Maykon; era como ver la antesala de la película. Todo se estaba preparando en la forma y el orden correctos. Sentí confianza, en el universo, en el tiempo.
Algo me decía que hay cosas que suceden inevitablemente, por más difíciles que parezcan.

Gracias amigo Maykon!

EL VALLE SAGRADO, Urubamba

EL VALLE SAGRADO, Urubamba

Luego de leer mi Lonely Planet (esta empresa no patrocina El Imperio Inca, jeje) tomé el próximo bus hacia Urubamba. Era tarde, pero sería llegar y dormir.
Llegué a la terminal y la verdad que el pueblo tiene su encanto, además era día de fiesta (como casi todo junio en Cusco) y la gente del lugar estaba animada y paseaba por las calles. Disfruté por un momento del pueblo y comencé a buscar un alojamiento. Ahí es donde las recomendaciones de la “Lonely” fallaron. Según la afamada guía Urubamba estaba en crecimiento y se podía encontrar alojamiento con facilidad. ¡Una m…!
Luego de varias horas dando vueltas por el pueblo encontré un sitio, aunque tengo que aceptar que dormí encima de la cama y con la ropa puesta.
Al otro día fui a visitar palacio de Huayna Capac, el padre de Atahualpa y Huascar, los protagonistas de nuestra peli.
Sin encontrar otra razón para quedarme tomé el bus hacia Ollantaytambo.