Coricancha: Templo del Sol

Coricancha: Templo del Sol

«Otra imagen había en forma de disco que cubría la rotonda exterior del edificio del Coricancha, que “era de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, [y] como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol” «((José de Acosta) en Garcilaso)

Una película sin este emplazamiento no sería una película sobre los Incas:
El Coricancha, o Qorikancha, es el templo principal del sol; Cori, en runa-simi(quechua), significa Oro, y Cancha, lugar o recinto.

Sobre las ruinas de este templo se ha levantado el Convento de Santo Domingo. Lo curioso es que durante mucho tiempo las paredes han permanecidos cubiertas con una especie de reboque blanco hasta que un terremoto no solo derrumbó la construcción colonial, sino que también hizo que el recubrimiento se viniera abajo, como si las paredes se hubiesen descascarado a fuerza de temblores.
Lo insólito es que las paredes construídas por los Incas no se derrumbaron. Ese es el conocimiento ancestral que sorprende, que emociona, que hace que hacer una película sobre esa cultura se vuelva más y más interesante.

Pero lo que nos interesa es el estado de este templo en la época del apogeo de esta civilización:

Según Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales, «fueron tan increíbles las grandezas de aquella casa que no me atreviera yo a escribirlas si no las hubieran escrito todos los españoles historiadores del Perú. Mas ni lo que ellos dicen ni lo que yo diré alcanza a significar las que fueron.»
Según algunas descripciones, el templo no tenía altar, sino una «parte principal» donde estaba la figura del sol. Supuestamente esta figura estaba hecha de una plancha de oro el doble de gruesa que las otras planchas que cubrían las cuatro paredes de la habitación principal. Esta figura estaba hecha con rostro humanoide, redondo y con sus rayos y llamas de fuego todo de una pieza. Era tan grande que tomaba todo el testero del templo, de pared a pared.

«Sobre la imagen o ídolo del Sol del Coricancha, conocido en lengua nativa como Punchau, se debe diferenciar dos tipos: uno que se guardaba en el interior y que era de forma humana “hecha de oro excepto el vientre que estaba lleno de una pasta de oro molido y amasado con las cenizas o polvos de los corazones de los Reyes Incas”. «(Bernabé Cobo).

«Otra imagen había en forma de disco que cubría la rotonda exterior del edificio del Coricancha, que “era de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, [y] como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol” (José de Acosta).

La techumbre era de madera muy alta, «por que tuviese mucha corriente; la cobija fue de paja, porque no alcanzaron a hacer teja». Todas las cuatro paredes del templo estaban cubiertas de arriba abajo de planchas y tablones de oro. No tuvieron los Incas otros ídolos suyos ni ajenos con la imagen del Sol en aquel templo ni otro alguno, porque no adoraban otros dioses sino al Sol, aunque no falta quien diga lo contrario.»(Garcilaso)

Algo majestuoso a recrear en la película es la siguiente imagen: a los lados de la imagen del Sol descansan los cuerpos embalsamados de los reyes Incas, puestos por su antigüedad, como hijos del Sol, cuyo tratamiento era como a un ser viviente, sentados en sus sillas de oro, y alimentados por sus mujeres y servidumbre.

Pude entrevistarme con la curadora del Convento de Santo Domingo – Qorikancha, Vera Tyuleneva, si tomar un zumo de naranja y un té de coca puede llamarse entrevista, donde le expuse la idea del proyecto y las necesidades del mismo. Vera se mostró entusiasmada y El Imperio Inca ya puede contar con su ayuda. Gracias Vera por tal disposición.

EL VALLE SAGRADO, Machu Picchu

EL VALLE SAGRADO, Machu Picchu

Hoy quería comentar una anécdota que me pasó con mis amigos peruanos y que, quizás, puede servir de aprendizaje a los que todavía no saben cómo se pronuncia el nombre Machu Picchu. En mi ignorancia, pronunciaba estas palabras como siempre las escuché, esto es: machu pichu. Pero resulta que en el quechua, se da importancia a esa «c» que pasa desapercibida por el lector foráneo.
Así es como, tras algunas burlas, siempre en el buen sentido y con respeto, llegué a saber que la correcta pronunciación de Machu Picchu, sería algo así como Machu Pijchu.
Tras llegar a la entrada principal, uno debe caminar unos 10 minutos hacia arriba y lo primero con lo que se encuentra es:

Pero además del pico de Machu Picchu, existe otro llamado Wayna Picchu, donde sólo dejan entrar a 400 personas, por razones de seguridad. Por ello, estar temprano es algo recomendable si se quiere visitar este otro pico. Y ahí estaba yo, entre los 20 primeros, a las 6:45 de la mañana. En la siguiente imagen se muestra el Wayna Picchu, es el más alto…

O lo que es lo mismo, es el pico que representa la nariz del gran perfil humano:

Impresionante, ¿no?
Las vistas desde el Wayna Picchu son increiblemente bellas. El esfuerzo que requiere subir hasta ese pico es enorme, pero realmente vale cada caloría gastada en ello. En la punta, uno puede sentarse a divisar el valle sagrado o simplemente llenarse de sol, de energía, de «ganas».

Por debajo, se tiene una visión general de toda la ciudadela del Machu Picchu. Observen las particularidades, tal como que a la derecha solo existe un enorme acantilado, por lo que el único acceso era por la parte frontal de la ciudadela.

De regreso del Wayna, uno se sumerge entre las habitaciones incaicas, sitios que pertenecieron a reyes incas, a princesas del sol, a sacerdotes, a campesinos, a ¡tantas personas! Y en medio de esas habitaciones se levantan majestuosos los templos del sol y de la luna.

Un clima hermoso, pleno invierno y teníamos que andar con remeras (camisetas). La vegetación es especialmente agradable y la armonía que se respira es verdaderamente mágica… eso sí, hasta antes de las 11am; luego se llena de turistas y la sensación no se aleja de estar dentro de los shopping centers más concurridos.