EL VALLE SAGRADO, Pisac

EL VALLE SAGRADO, Pisac

Pisac se encuentra a 33km de Cusco aproximadamente. Se puede ir de muchas maneras al pueblo, pero ir a las ruinas es una ruina. 🙂
Esto es así porque el único modo de ir en taxi, y a pesar de no ser demasiado lejos, cobran como si fuese un viaje de kilómetros y kilómetros. También se podría ir caminando pero estamos hablando de algunas horas de caminata.
Eso sí, cada Sol gastado vale la pena. Lo que se ve cuando uno llega a la punta de la montaña es algo como esto:

Lo que más sorprende es el tamaño de los andenes. Fíjense que en la parte inferior de la imagen hay algunas personas, tan pequeñas que es difícil reconocerlas. Fueron un tipo especial de andenes, por lo común son mucho más pequeños.

Recorriendo el sitio, uno se va transportando en el tiempo. Incluso hay un túnel por el que hay que atravesar (algo común en el pensamiento inca), túnel que bien puede significar el paso de una situación a otra, de un estado a otro, de la materia a la energía.
En la parte alta se supone era el centro militar, en la parte del medio, la residencia sacerdotal y lugar de ritos sagrados:

Es impresionante el detalle de la unión de las piedras algo que caracteriza el trabajo de los pedreros incas.

Y finalmente en la parte baja, estaba la residencia de la clase baja y, por supuesto, más andenes de cultivo.

No quiero terminar este post sin contar que en estas ruinas, me perdí, LITERALMENTE. Quizás fue tanta la emoción, quizás mi mente navegaba en composiciones fotográficas que podrían funcionar en la película, quizás al atravesar el túnel fui transportado a otro tiempo del terrestre… pero cuando me di cuenta estaba oscuro y perdido. Habían varios caminos que seguir pero apenas se podía ver. A lo lejos se divisaba la ciudad y decidí inventar mi propio camino, pero esta vez no funcionó. Llegué al final de la montaña que se cortaba abruptamente. Por suerte caminaba despacio y pude ver el fin en el acantilado. Unos pasos más y habría vuelto a casa en pedazos. Volví, preocupado. ¿Y si aparecía un puma? ¿Le serviría de cena? Pero cuando uno tiene que hacer una película, el universo acude en su ayuda. Decidí caminar hacia un lugar, sin expectativas, sólo por caminar. Me sentía perdido cuando algo me trajo a la realidad: un cactus con espinas de 30 centímetros. El dolor me provocó risas. Estaba loco. Reía en medio de unas ruinas, bañado por la débil luz de las estrellas y la luz de Pisac a lo lejos… Seguí andando, esta vez riendome de mí mismo y de la situación. Y encontré el camino. Ah qué fácil. Y así llegué al pueblo de Pisac a altas horas de la noche… cuando todos sus habitantes dormían lejos de ruinas y espinas de cactus…

EL VALLE SAGRADO, Tambomachay

EL VALLE SAGRADO, Tambomachay

Tambomachay significa en runa-simi (quechua) lugar de descanso. Y como su nombre lo indica no precisa más aclaración. Está compuesta de una serie de acueductos y canales, y cuentan que las dos ultimas fuentes son tan precisamente iguales que si uno pone una botella en cada fuente, ambas se llenan al mismo tiempo.

Al frente de Tambomachay en diagonal se encuentra un Pukara: Pukapukara. Es una construcción militar que podría traducirse como Fortaleza Roja. (Puka: rojo, Pukara: Fortaleza)

Son dos lugares que se pueden visitar en una mañana y vale la pena. En Tambomachay suelen ponerse algunos vendedores a vender artesanías… muchas de ellas, verdaderas obras de arte.