Y por fin Perú! – Arequipa

Y por fin Perú! – Arequipa

Luego de un viaje casi doce horas y en un colectivo que no tenía calefacción, llegué a Arequipa. En el transcurso conocí a Jake, un chico inglés que también llevaba tiempo viajando por Bolivia y ahora empezaba Perú. By the way, Jake, I don’t have your e-mail!
Para nuestra suerte, nos conocimos en el autobús y pudimos alquilar un hostal juntos, a las 4 de la mañana. Andar por una ciudad desconocida, buscando un hotel, no es muy recomendable que digamos… eso si no se están buscando experiencias para escribir una historia de suspenso, persecusión o terror.

En Arequipa habían dos intereses: el museo donde yace La Momia Juanita y el cañón del Colca.

El Museo Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María era un Have To. El descubrimiento de la Momia Juanita y de todo su ajuar es algo vital para el conocimiento de la cultura inca y, en mi caso, para poder reconstruir todo aquel universo que ellos han creado.
No era posible sacar fotografía, pero pude adquirir un libro donde se detallan, en texto e imágenes las piezas que se exponen en el museo.

El cañon del Colca fue imposible de visitarlo porque requería de un tiempo del que no disponía, debía partir cuanto antes a Cusco y debí conformarme con las fotografías que viajeros y agencias cuelgan en internet, como la que se muestra a continuación:

La ciudad de Arequipa, en sí, guarda mucho de su época colonial y es conocida como la Ciudad Blanca, por sus construcciones hecha en piedra del color que ya has deducido.

El MAAM y los niños de Llullaillaco

El MAAM y los niños de Llullaillaco

Hace unas semanas tuve la grata satisfacción de visitar el Museo de Arqueología de Alta Montañana (MAAM), ubicado en la ciudad de Salta, Argentina.

Pero la satisfacción fue aún mayor, no sólo pude visitar las fantásticas piezas de las que dispone este museo sino que pude conocer a la Licenciada Katia Gibaja.
La amabilidad de Katia no me sorprendió ya que había tenido referencias. Y así fue. De la mano de ella pude conocer al niño de Llullaillaco de ocho años. Este cuerpo, en realidad, no es una momia, sino el cuerpo de un niño puesto a 6.739 msnm y cuyo proceso de putrefacción se detuvo debido a las condiciones climáticas. En todo casi se produjo una momificación natural.

Pero este niño no está sólo, tres cuerpos han sido encontrados en el cerro de Llullaillaco y cuando uno los mira, parece que el tiempo regresara, pesado, y nos mostrase, casi susurrando, a estos antiguos habitantes de los Andes. Todo el ajuar encontrado con estos niños es un material valiosísimo para entender más a la cultura andina precolombina y, en nuestro caso, para poder re-crear con mayor precisión todo el universo que construyó la civilización inca.
Gracias Katia y seguimos conversando…