Pachamama, madre tierra

Pachamama, madre tierra

Justo antes de partir hacia Buenos Aires, procuré estar el tiempo suficiente en Humahuaca como para celebrar algo que hacía tiempo no lo había hecho: la pachamama.

Esta celebración consiste de dar de comer a la madre tierra. A pesar de que el término pachamama se acepta como madre tierra, en realidad es algo más complejo y que para la época prehispánica tenía una acepción mucho más profunda. Tal es la complejidad que Pacha significa tiempo-espacio, ¿dos conceptos en uno? ¿O un único concepto que para nuestros ancestros era el modo de ver la vida?
Sea como sea, la sensación de humildad que uno siente al arrodillarse ante la madre, la progenitora, la que toma las miserias del hombre y la transforma en alimento, en subsistencia, ¡en vida!, es algo que renueva y el inmediato sentimiento es el «agradecimiento».
Agradecimiento por estar allí, en ese ESPACIO y en ese TIEMPO, por ser parte de este mundo, por tener cosas que ofrecerle, ahí, a ese vientre abierto, como los brazos de una madre humana.

En esa relación madre-hijo, uno da, pero también recibe, pero hay que estar abiertos. Y ahí le ofrecí también el proyecto de El Imperio Inca, de Inkakuna, como muestra de agradecimiento, como muestra de un desprendimiento, de que este proyecto ya no es sólo mío, y quizás nunca lo ha sido, sino de todas las personas que ya se encuentran trabajando en él.
¿Qué más decir? Gracias pachamama, madre tierra, por permitirme ser.

El equipo

El equipo

Ya en Humahuaca, aproveché para descansar y seguir sumando gente al proyecto. Fue una gran alegría reencontrarme con Julio Lencina, productor de la película La deuda interna, de Miguel Pereyra, nominada y ganadora de un Oso de Plata en el Festival Internacional de Berlín 1988.
Julio decidió entrar a la película como productor en Argentina. Contar con su experiencia y su apoyo es algo MUY DESEABLE para el proyecto. Con su fundación, SEPTIMO ARTE, están trabajando en importantes proyecto para la televisión argentina, y han decidido dar el salto al cine nuevamente, esta vez con el proyecto EL IMPERIO INCA.

Más tarde en Humahuaca me reuní con los que conforman AYNI PICTURES. En su mayoría son familia, y esa es la magia de la gente del norte de Argentina, la familia es lo más importante. Estuvimos reunidos analizando posibilidades, lugares, y por supuesto compartiendo una merienda.

La presentación, siempre sigue la forma de la chakana, la cruz andina, y allí se repartieron los roles. Todos son jóvenes líderes que buscan nuevas experiencias y nuevas formas de desarrollar la economía local. Muchos de ellos son maestros, profesores, licenciados, ingenieros, incluso algunos tienen dos titulaciones diferentes. Es una gran honor tenerlos como familia y como miembros de El Imperio Inca.

Como se observa en la figura, cada una de estas monstruosas áreas debe ser cubierta. Cada área representa un proyecto en sí mismo y así debe ser planteado. Bajo la bandera de Ayni Pictures ya se están gestionando varias posibilidades para la concreción de estas áreas.
Demás está decir que nos hemos divertido planteando el merchandising, donde la votación más alta la han tenido los HUACOS ERÓTICOS. Pueden ir haciendo sus reservaciones por e-mail, jeje.
Un ejemplo de lo que podría llegar a ser una agenda con motivos incas es:

Hay mucho por hacer, muchas cosas ya están hechas y otras se están haciendo… ¿qué más se puede pedir?

El regreso a casa

El regreso a casa

La experiencia en Perú sería inolvidable, y las amistades gestadas, mucho más. Pero era hora de volver a casa, a seguir trabajando desde donde se plantea como el epicentro del proyecto: Humahuaca. Pero antes debía pasar por la frontera entre Perú y Bolivia. Y allí surgieron los problemas.

Hacía varias semanas que la población de Puno y alrededores se había levantado contra su gobierno. Desde el gobierno centralizado de Perú, cosa típica en latinoamérica, se había dado la concesión de la explotación de minerales a una empresa minera canadiense. Los lugareños, sin ser consultados, y estando en contra de la contaminación que una industria como esta provoca, solicitaron la anulación de dicha concesión. Sin embargo, todo estaba dicho, ordenado desde detrás de unos escritorios a miles de kilómetros de allí. Y para ser escuchados, los manifestantes cortaron el paso en la frontera. Nadie podía cruzar de Bolivia a Perú ni visceversa.
Nadie excepto un grupo de intrépidos viajeros que debían pasar a Bolivia sí o sí. Este es el grupo:

Las fotos son cortesía de Erik Van Gelder, quien supo retratar la situación en todo momento.
Por consejo de los habitantes, decidimos tomar un barco, que nos dejaría cerca de la frontera. Y efectivamente así fue. Allí nos esperaba un grupo de hombres, mujeres y niños con pequeños botes, por demás de viejos. Ahí es cuando se ríe de las clases sociales, me sentía en Titanic. Habíamos pagado un buen dinero, pero si no te subías a ese bote, no había opción de llegar a tierra firme. Así que ahí estábamos latinos, europeos, yankis, todos en el mismo destino.

Llegamos a la frontera y tras caminar unos 500 metros nos encontramos con la oficina de inmigración. Todo estaba en orden. Diez minutos más tarde estábamos del lado boliviano. Y yo podía seguir mi… camino a casa.

El Calendario Inca de Tom Zuidema

El Calendario Inca de Tom Zuidema

“EL CALENDARIO INCA ES LA OPERA MAGNA DE TOM ZUIDEMA”, AFIRMA MINISTRO DE CULTURA

Infaltable era mi visita a una librería tradicional en Lima: la Librería El Inca. Sobra decir que por el lapso de una hora fui un niño en una juguetería. Cada texto, cada autor, cada formato de libro, cada reliquia descansando en las estanterías a la espera de que algún viajero o algún estudioso se acercase a sus páginas.
Un viajero y un estudioso. Y de repente allí estábamos. El viajero, Tom Zuidema y el estudioso Adrian Silisque, jeje. Realmente era al revés. El viajero Adrian y el estudioso de la cultura Inca, Tom. Acababa de ver su libro, y no fui yo quien le reconoció. Como ya habíamos estado hablando un rato largo con el señor que atendía la tienda, se me acercó y dijo: «este libro que tienes en las manos es nuevo, lo acaba de escribir este Señor». Y ahí estaba, el verdadero Tom Zuidema buscando algún libro sobre los incas. Pero ¿qué más podría aprender una eminencia como él? Esas son las cosas que marcan la diferencia entre un erudito y un truhán, el erudito siempre está aprendiendo.
Una nota infaltable sobre la presentación de su libro es la Nota de prensa del Ministerio de Cultura de Perú.

Por mi parte, en ese momento no llevaba la cámara pero me llevé el autógrafo de tan afamado escritor sobre los Incas.

Coricancha: Templo del Sol

Coricancha: Templo del Sol

«Otra imagen había en forma de disco que cubría la rotonda exterior del edificio del Coricancha, que “era de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, [y] como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol” «((José de Acosta) en Garcilaso)

Una película sin este emplazamiento no sería una película sobre los Incas:
El Coricancha, o Qorikancha, es el templo principal del sol; Cori, en runa-simi(quechua), significa Oro, y Cancha, lugar o recinto.

Sobre las ruinas de este templo se ha levantado el Convento de Santo Domingo. Lo curioso es que durante mucho tiempo las paredes han permanecidos cubiertas con una especie de reboque blanco hasta que un terremoto no solo derrumbó la construcción colonial, sino que también hizo que el recubrimiento se viniera abajo, como si las paredes se hubiesen descascarado a fuerza de temblores.
Lo insólito es que las paredes construídas por los Incas no se derrumbaron. Ese es el conocimiento ancestral que sorprende, que emociona, que hace que hacer una película sobre esa cultura se vuelva más y más interesante.

Pero lo que nos interesa es el estado de este templo en la época del apogeo de esta civilización:

Según Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales, «fueron tan increíbles las grandezas de aquella casa que no me atreviera yo a escribirlas si no las hubieran escrito todos los españoles historiadores del Perú. Mas ni lo que ellos dicen ni lo que yo diré alcanza a significar las que fueron.»
Según algunas descripciones, el templo no tenía altar, sino una «parte principal» donde estaba la figura del sol. Supuestamente esta figura estaba hecha de una plancha de oro el doble de gruesa que las otras planchas que cubrían las cuatro paredes de la habitación principal. Esta figura estaba hecha con rostro humanoide, redondo y con sus rayos y llamas de fuego todo de una pieza. Era tan grande que tomaba todo el testero del templo, de pared a pared.

«Sobre la imagen o ídolo del Sol del Coricancha, conocido en lengua nativa como Punchau, se debe diferenciar dos tipos: uno que se guardaba en el interior y que era de forma humana “hecha de oro excepto el vientre que estaba lleno de una pasta de oro molido y amasado con las cenizas o polvos de los corazones de los Reyes Incas”. «(Bernabé Cobo).

«Otra imagen había en forma de disco que cubría la rotonda exterior del edificio del Coricancha, que “era de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, [y] como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol” (José de Acosta).

La techumbre era de madera muy alta, «por que tuviese mucha corriente; la cobija fue de paja, porque no alcanzaron a hacer teja». Todas las cuatro paredes del templo estaban cubiertas de arriba abajo de planchas y tablones de oro. No tuvieron los Incas otros ídolos suyos ni ajenos con la imagen del Sol en aquel templo ni otro alguno, porque no adoraban otros dioses sino al Sol, aunque no falta quien diga lo contrario.»(Garcilaso)

Algo majestuoso a recrear en la película es la siguiente imagen: a los lados de la imagen del Sol descansan los cuerpos embalsamados de los reyes Incas, puestos por su antigüedad, como hijos del Sol, cuyo tratamiento era como a un ser viviente, sentados en sus sillas de oro, y alimentados por sus mujeres y servidumbre.

Pude entrevistarme con la curadora del Convento de Santo Domingo – Qorikancha, Vera Tyuleneva, si tomar un zumo de naranja y un té de coca puede llamarse entrevista, donde le expuse la idea del proyecto y las necesidades del mismo. Vera se mostró entusiasmada y El Imperio Inca ya puede contar con su ayuda. Gracias Vera por tal disposición.