Este museo era digno de ser escrito en un post separado. No por la carga erótica(ya lo verán más adelante), sino por el trabajo que la familia Larco viene haciendo por la recuperación y manutención de la cultura incaica.
Es el único museo que visité donde te dejan pasar al depósito, y allí admirar las, literalmente, miles y miles de piezas que en otrora construyeran los pueblos precolombinos.

Y por supuesto, algo digno de rescatar es la colección de Huacos eróticos del museo. Para muchos autores la sexualidad de los incas estaba vinculada a la fertilidad, pero como dice Amelia Die, quizas había otro motivo.:
«Se hace difícil concluir que tal cerámica fuera simple pornografía –escribe Nigel Davis—. Por otra parte, si estas escenas son consideradas en un contexto religioso o ceremonial, estarían lógicamente relacionadas con la noción de fertilidad, pero si fuera este el caso, ¿por qué tantas vasijas representan el coito anal?»

Hay muchas dudas sobre este tema pero lo que está claro es que los incas representaban en sus vasijas momentos, reales o imaginarios, que creían importantes.
Un último guiño sobre estos huacos tan interesantes y que de momento se presentan divertidos:

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