A 3500msnm se encuentran los restos arqueológicos de Moray. De apariencia de un anfiteatro, en realidad Moray es un conjunto de andenes para experimentación genética. Allí los incas, pacientemente, adaptaban las especies que se cultivan a bajas alturas hasta lograr que puedan ser cultivadas a alturas más elevadas. ¿Increíble?

Para decirlo más científicamente, los andenes producían un gradiente de microclimas que permitía la experimentación de cultivo con diferentes condiciones de altura y climatología.

Finalmente, cabe resaltar la originalidad de las escaleras incaicas. Lejos de ser un conjunto de escalones apilados uno sobre otro, las escaleras incas son piedras que sobresalen de las paredes…y eso es todo. Eso sí, lo de la seguridad del pasamanos era totalmente desconocido 🙂
El acceso al centro de los andenes circulares era, y es, el único modo de bajada y subida.

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