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Nuestro tercer autor es Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (Madrid, 1478 – Valladolid, 1557)

A diferencia de los anteriores, éste cronista prácticamente podría considerase anti-indigenista. Con el cargo de notario público y secretario del Consejo de la Santa Inquisición(1507), viaja a las Indias en 1513 en la expedición a Panamá de Pedrarias Dávila, que había sido nombrado gobernador de Castilla del Oro, y ostentó «la escribanía de minas e del crimen» y el «oficio del hierro de los esclavos e indios», cargos a los que añadió después el de «veedor de las fundiciones» de oro, teniente del gobernador Pedrarias, gobernador de Cartagena de Indias y alcaide de la fortaleza de Santo Domingo.

Tras una estancia relativamente breve, debido a los puntos de vista tan diferentes, tuvo encuentros violentos con el dominico fray Bartolomé de las Casas, quien lo acusó en Barcelona de ser «partícipe de las crueles tiranías que en Castilla del Oro se han hecho». Sus radicales diferencias con Las Casas partían de que el dominico consideraba a los indios seres humanos, con los mismos derechos que los españoles. En cambio, Fernández de Oviedo, como Ginés de Sepúlveda, los tenía por homúnculos, seres aquejados de defectos tan graves e irremediables que hacían imposible la convivencia con los castellanos, o la conversión consciente a la fe cristiana.

En su obra Historia general y natural de las Indias pueden leerse algunos juicios como los siguientes:

«[…]naturalmente vagos y viciosos, melancólicos, cobardes, y en general gentes embusteras y holgazanas […] Idólatras, libidinosos y sodomitas […] ¿Qué puede esperarse de gente cuyos cráneos son tan gruesos y duros que los españoles tienen que tener cuidado en la lucha de no golpearlos en la cabeza para que sus espadas no se emboten»

Tales opiniones eran compartidas por muchos conquistadores, y convencer sobre su veracidad a las autoridades de la corona resultaba muy conveniente, pues la irracionalidad de los indios justificaba la continuidad y perpetuidad de la encomienda, la esclavización en «guerra justa», y en última instancia las propias conquistas.

Fernández de Oviedo volvió a realizar otros cuatro viajes a América, en la que permaneció un total de veintidós años, y fue nombrado Cronista de Indias en 1532.

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