por Adrian | Nov 15, 2011 | cronistas de la conquista, Historia Inca
Miguel de Estete habría nacido hacia 1495 (aunque otros autores estiman que fue en 1507, lo que no coincidiría con el dato de que en 1525 tenía 30 años), en la población logroñesa de Santo Domingo de la Calzada. Su muerte se produjo en Huamanga con fecha desconocida.
El primer sitio a donde llegó fue a Panamá y de allí emprendió viaje con Almagro para la expedición conquistadora al Perú. Se unió a la tropa de Pizarro en Coaque.
Testigo presencial de los hechos. Estuvo presente en la «compleja» batalla de Cajamarca, donde se apresó a Atahualpa y acompañó a Gonzalo Pizarro en su expedición al famoso santuario inca de Pachacamac (a principios de 1533); Estete describió este viaje en detalle, y Xerez lo incluye en su crónica Verdadera relación de la conquista del Perú.
En 1535 viajó a España, donde estuvo unos meses antes de regresar a Perú para establecerse en Huamanga donde murió ya anciano.
Durante siglos, el único relato conocido de Miguel de Estete fue sobre la expedición a Pachacamac, que insertó Xerez en su obra, como «La relación del viaje que hizo el señor capitán Hernando Pizarro por mandado del señor Gobernador, su hermano, desde el pueblo de Caxamalca a Pachacamac y de allí a Jauja». Esta obra, rica en detalles sobre el paisaje, los indios, sus costumbres, etc. puede leerse vía el Centro Bartolomé de las Casas.

La battaglia di Cajamarca, in un'incisione di Johann Theodor de Bry
Sin embargo, en 1807 apareció una obra suya en el Archivo General de Indias, un manuscrito de doce folios que se encontraba entre los papeles del Arca de Santa Cruz. Recién en 1926 fue editada por Jijón y Caamaño en el Boletín de la Academia de la Historia (Quito, 1916) y más tarde por Carlos M. Larrea en Quito en 1918. Es una crónica directa y testimonial, que constituye un relato interesante y fluído sobre la conquista del Perú. Lamentablemente los últimos folios de esta crónica permanecen perdidos.
Esta crónica a veces llamada «Relación del descubrimiento y conquista del Perú» y otras veces «Noticias del Perú», puede leerse:
Vía la Bilbioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Vía cusco.me
por Adrian | Nov 15, 2011 | cronistas de la conquista, Historia Inca
Francisco de Jerez o Francisco López de Xerez (Sevilla, 1497 – ? 1565) se embarcó hacia el nuevo mundo a los 15 años. Como la mayoría de los primerizos permaneció en Panamá, donde pasó cerca de 20 años. Su rol casi siempre fue de escribano público o notario.
En 1524 se unió a Francisco Pizarro, de quien fue secretario y escribano oficial en la expedición que junto a Diego de Almagro y Hernando de Luque hizo al Perú.
La historia «oficial» dice que estuvo presente en Cajamarca durante la captura de Atahualpa y por ello su obra fue considerada una de las más fieles a los hechos acontecidos. Pero se ha demostrado que existe una gran probabilidad que Francisco de Xerez no fue un testigo presencial. La justificación radica en una carta, encontrada en el siglo XIX, enviada por el mismísimo Xerez al mismo tiempo que Francisco Pizarro ya se encontraba a medio camino de Tumbes, en Coaque.
De esto, se cree que este autor habría llegado luego de la captura de Atahualpa, más precisamente con Almagro, en 1533.
Su obra Verdadera relacion de la conquista del Peru y provincia del Cuzco fue publicada tres meses más tarde que el Anónimo Sevillano (atribuida a De Mena) bajo la firma de «Secretario Oficial del Jefe de la Conquista». Con esto Xerez se ganó una popularidad de célebre entre la burguesía y se terminaría más tarde con Francisca de Pineda, de origen aristocrático.
Esto no sería mucho más tarde puesto que habiendo llegado en 1533, en 1534 se rompería la pierna en un enfrentamiento contra el ejército del Inca y estando a punto de perder la vida, volvió a su tierra natal y se dedicó al comercio marítimo desde Sevilla. En 1554 regresó a las Indias, donde murió.
Esta crónica será más útil para contar la segunda parte de la trilogía, puesto que narra ciertos acontecimientos y arroja algunos datos sin duda interesantes. ¿Les adelanto alguno? Señala que los conquistadores sólo llevaban dos escopetas; es decir, ni siquiera eran arcabúces. Esto lleva a dudar si un ejército entero de incas realmente hubiese temido a esas «famosas» armas de fuego que algunos historiadores se esfuerzan en afirmar.
Esta relación puede descargarse desde:
cusco.me
Una publicación de 1891 de archive.org
o del Centro Bartolomé de las Casas.
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por Adrian | Nov 15, 2011 | cronistas de la conquista, Historia Inca
Dentro de la categoría «los cronistas de la conquista» comenzamos con una crónica difícil. Difícil no por su contenido sino por el desconocimiento real de su autoría. Su título original es:
«La conquista del Peru. llamada la nueua Castilla. La qual tierra por diuina voluntad fue marauillosamente conquistada en la felicissima ventura del Emperador y Rey nuestro senor: y por la prudencia y esfuerco del muy magnifico y valeroso cauallero el Capitan Francisco Piçarro Gouernador y adelantado de la nueua castilla, y de su hermano Hernando Piçarro, y de sus animosos capitanes y fieles y esforçados companeros, que con el se hallaron.»
Durante mucho tiempo fue conocida como EL ANÓNIMO SEVILLANO 1534. Luego algunos autores, tras ciertas inferencias, decidieron otorgarle la autoría a determinados cronistas. Así la más aceptada, o más divulgada, es la designación como autor a Cristóbal de Mena.
El problema radica en que muchos de estos autores sólo se basan en pensamientos especulativos y ninguno aporta una prueba fehaciente sobre dicha autoría.
Un investigador que realiza un estudio minucioso es el ecuatoriano Luis Andrade Reimers. Copio «casi» textualmente, ya que reordeno su texto para una mejor comprensión:
…desde el punto de vista de su estructura externa, su extensión es de unas 8300 palabras, de las cuales apenas se emplean
150, en contarnos la odisea de casi 2 años efectuada por la tropa de Pizarro desde Panamá hasta San Miguel de Chira.
1000, desde la fundación de ese pueblo hasta poner a los aventureros españoles en Cajamarca.
550, en la entrevista con Atahualpa
1000, para el incidente en la Plaza de Cajamarca y prisión de Atahualpa.
100, en la muerte de Atahualpa.
5500, en la descripción del oro del Inca y su repartición.
El escritor del anónimo sevillano comete con frecuencia las equivocaciones propias de quien jamás habría puesto sus pies en tierras sudamericanas…
…Así y todo, esta crónica resulta muy reveladora para conocer cuánto, ya en abril de 1534, habían puesto de su propia cosecha los primeros veteranos salidos de Cajamarca, los rumores populares que circulaban por España y la fecunda imaginación de nuestro Anónimo Sevillano que se había propuesto explotar todo eso en beneficio suyo personal.
Como ya lo he recalcado varias veces, a lo largo de mis lecturas procuro ser cauteloso con el origen de las crónicas y con las «intenciones» con las que cada cronista pudo haber escrito sus obras. De todas maneras el espíritu crítico debe ir aún más allá y analizar también el entorno de los escritores «modernos» para saber, o por lo menos intentarlo, cuáles son sus intenciones consciente o inconscientes.
A continuación dejo los links desde donde puede leerse esta crónica:
Vía Blok.Not
Vía cusco.me
Vía El Centro Bartolomé de las Casas
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por Adrian | Nov 1, 2011 | Historia Inca
Con este primer autor comenzamos con los cronistas del descubrimiento.
Y para que no fuese tan fácil, elegimos la obra Relacion de los primeros descubrimientos de Francisco Pizarro y Diego de Almagro.
Este manuscrito de apenas cinco(5) páginas es considerado uno de los primeros testimonios de la conquista del Perú. Relata los sucesos del primer y segundo viaje de Pizarro llevados a cabo entre 1525 y 1527. Fue publicada por primera vez en el Tomo V de la Colección de Documentos inéditos para la historia de España. Según Raúl Porras Barrenechea esta obra habría sido escrita entre noviembre de 1527 y julio de 1528.
Pero el verdadero problema radica en la pregunta: ¿Quién escribió esta obra?
Tradicionalmente esta relación anónima es atribuida a dos autores: Juan de Sámano y Francisco López de Xerez. De allí el nombre relación Sámano.Xerez.
Ake Wedin, en su obra «El concepto de lo incaico y las fuentes» cree que es anónima. “El por qué ha sido atribuida esta crónica a Juan de Sámano, secretario del emperador Carlos V, es por añadidura al final firmada por Juan de Sámano. En realidad es anónima, aunque haya sido atribuida después, a Francisco de Xerez».
Adam Szasdi en “Dos fuentes para la historia de la empresa de Pizarro y Almagro: la ‘Crónica Rimada’ y la Relación Sámano”, cree que el autor de la relación Sámano es Fernández de Oviedo. “Sámano fue sólo trasmisor del manuscrito desde la corte de Castilla a la de Viena, el destinatario era Fernando I. Los datos que contiene la relación acerca del viaje de Bartolomé Ruíz de 1526 proceden del mismo Ruiz, así como de Antón Quadrado, escribano-veedor de ese viaje. Hubo una proto-relación enviada a Panamá en Junio de 1527, cuyo autor era el veedor de la armada Juan Carvallo. Si alguna parte hubiera tenido Xerez en su redacción, sería de modo incidental, en su calidad de escribano. El autor de la relación Sámano es Fernández de Oviedo. La escribió estando en Nicaragua. Para esto le sirvió la proto-relación de Carvallo, los datos obtenidos directamente de Ruíz, Pérez Peñate y Almagro, así como la información obtenida del indio balsero enviado por Pizarro a Panamá».
María Concepción Bravo Guerreira , en “¿Fue Francisco de Xerez el autor de la relación Sámano?» cree que su autor fue: “…un ‘maestro marinero’ de los que acompañaron a Bartolomé Ruíz en su primer viaje, y que éste se incorporó a la expedición en la segunda salida que Almagro y Pizarro hicieron desde Chochama. Que se trata de un testigo presencial es claro, por la riqueza y vivacidad de la descripción de la embarcación tumbesina, y que éste testigo era un marinero se deduce como hemos apuntado, de ciertas expresiones y precisiones de la redacción”.
Francisco Carrillo, «Cartas y cronistas del descubrimiento y la conquista» sin embargo sigue creyendo que el autor fue Francisco de Xerez, secretario de Pizarro.
Algún otro autor cree que fue Bartolomé Ruiz. En fin. A pesar de la certeza de la autoría de estas páginas, no queda duda de su utilidad en la descripción de los viajes de Pizarro. Evidentemente los datos de estos documentos se usarán para la segunda entrega de la trilogía, EL IMPERIO INCA – LA CONQUISTA DEL ORO», ya que la primera, EL IMPERIO INCA – LOS HIJOS DEL SOL, sólo se centra en la historia de Atahualpa y Huascar.
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por Adrian | Oct 31, 2011 | Historia Inca
El cuarto y último cronista mayor Antonio de Herrera y Tordesillas (Cuéllar, 1549 – Madrid, 28 de marzo de 1626).
Fue Cronista Mayor de Castilla durante los reinados de Felipe II y Felipe III, y también de Indias. Cristóbal Pérez Pastor le atribuyó el sobrenombre de “Príncipe de los historiadores de Indias”. Está considerado el historiador más dilatado de su época, y su obra está compuesta también por una Historia General del Mundo, una de Portugal y una Descripción de Indias.
Logró el cargo de Cronista Mayor de Indias en 1596, y el de Castilla en 1598, con un sueldo apetecible o, como el mismo Herrera dice “optimo stipendio dotatum”. En el año 1601 trasladó su residencia a Valladolid, con la Corte, y allí prosiguió su incansable actividad historiográfica entremezclada con otras de índole palaciega y las inevitables de índole económica.
En 1607 volvió a Madrid, residiendo en unas casas de la Puerta del Sol y dedicado a sus tareas literarias, donde gozó de una vida cómoda y señorial. Sin embargo, los enredos económicos en que andaba le provocaron un arresto domiciliario en 1609, que duró hasta 1611, continuando desde entonces a su actividad histórica y literaria hasta su muerte
Es más reconocido por su obra Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, conocida como Décadas, y cuyo análisis nos compete.
A pesar de todos los halagos a su obra, se ha de tener en cuenta lo que señala Andrade Reimers: «…la amplitud de los temas, que por obligación debía abordar, no le permitió profundizar debidamente en ninguno de ellos, llegando a plagiar a numerosos autores e incurriendo en frecuentes contradicciones».
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