EL VALLE SAGRADO, Urubamba

EL VALLE SAGRADO, Urubamba

Luego de leer mi Lonely Planet (esta empresa no patrocina El Imperio Inca, jeje) tomé el próximo bus hacia Urubamba. Era tarde, pero sería llegar y dormir.
Llegué a la terminal y la verdad que el pueblo tiene su encanto, además era día de fiesta (como casi todo junio en Cusco) y la gente del lugar estaba animada y paseaba por las calles. Disfruté por un momento del pueblo y comencé a buscar un alojamiento. Ahí es donde las recomendaciones de la “Lonely” fallaron. Según la afamada guía Urubamba estaba en crecimiento y se podía encontrar alojamiento con facilidad. ¡Una m…!
Luego de varias horas dando vueltas por el pueblo encontré un sitio, aunque tengo que aceptar que dormí encima de la cama y con la ropa puesta.
Al otro día fui a visitar palacio de Huayna Capac, el padre de Atahualpa y Huascar, los protagonistas de nuestra peli.
Sin encontrar otra razón para quedarme tomé el bus hacia Ollantaytambo.

EL VALLE SAGRADO, Calca

EL VALLE SAGRADO, Calca

Una experiencia chamánica. Hace unos años conocí a Pío, un psicólogo que desde pequeño había aprendido a realizar ceremonias ancestrales. Nuestro primer encuentro se produjo en Barcelona, y gracias a Bernadette, una amiga alemana, tuve la posibilidad de contactarlo en Cusco.
Como si hubiese estado planeado por el universo, el mismo día que lo fui a ver, él estaba saliendo para realizar una ceremonia con unos chicos que le esperaban en Calca. Así que tuve que pensarlo un ratito, y me fui con él.
Una vez allí, encontré a una chica que hablaba español con acento francés y un chico al que le estaba prohibido pronunciar palabra alguna. Una especie de terapia, voto de silencio. Ellos llevaban haciendo varias ceremonias… ese es el verdadero trabajo interior.

Comenzó la ceremonia y tras algunas visiones «menores», dos hechos pasaron bajo el efecto de la ayahuasca. Se me apareció una pareja de reyes incas, el detalle de sus vestidos era simplemente impresionante. Sin decir palabra me invitaron a sentarme al lado de ellos y desde la punta de la montaña veía todo Cusco a mis pies. Era una invitación a divisar aquel paisaje, sentado al lado de dos ancestros importantísimos. Pío me comentaba que los «cuidadores» de esas tierras estaban de acuerdo con el proyecto de hacer una película sobre ellos… qué más podía pedir!?
Esa misma noche, sería tragado por una enorme serpiente, lo que significa, según la gente del lugar, una gran curación.
Les comparto una imagen que mas o menos intenta retratar la sensación de como la serpiente te va, literalmente, comiendo. Es una pintura de Alejandra Baiz y se títula Warmi Kuraini, que en quechua quiere decir Mujer curandera.

EL VALLE SAGRADO, Pisac

EL VALLE SAGRADO, Pisac

Pisac se encuentra a 33km de Cusco aproximadamente. Se puede ir de muchas maneras al pueblo, pero ir a las ruinas es una ruina. 🙂
Esto es así porque el único modo de ir en taxi, y a pesar de no ser demasiado lejos, cobran como si fuese un viaje de kilómetros y kilómetros. También se podría ir caminando pero estamos hablando de algunas horas de caminata.
Eso sí, cada Sol gastado vale la pena. Lo que se ve cuando uno llega a la punta de la montaña es algo como esto:

Lo que más sorprende es el tamaño de los andenes. Fíjense que en la parte inferior de la imagen hay algunas personas, tan pequeñas que es difícil reconocerlas. Fueron un tipo especial de andenes, por lo común son mucho más pequeños.

Recorriendo el sitio, uno se va transportando en el tiempo. Incluso hay un túnel por el que hay que atravesar (algo común en el pensamiento inca), túnel que bien puede significar el paso de una situación a otra, de un estado a otro, de la materia a la energía.
En la parte alta se supone era el centro militar, en la parte del medio, la residencia sacerdotal y lugar de ritos sagrados:

Es impresionante el detalle de la unión de las piedras algo que caracteriza el trabajo de los pedreros incas.

Y finalmente en la parte baja, estaba la residencia de la clase baja y, por supuesto, más andenes de cultivo.

No quiero terminar este post sin contar que en estas ruinas, me perdí, LITERALMENTE. Quizás fue tanta la emoción, quizás mi mente navegaba en composiciones fotográficas que podrían funcionar en la película, quizás al atravesar el túnel fui transportado a otro tiempo del terrestre… pero cuando me di cuenta estaba oscuro y perdido. Habían varios caminos que seguir pero apenas se podía ver. A lo lejos se divisaba la ciudad y decidí inventar mi propio camino, pero esta vez no funcionó. Llegué al final de la montaña que se cortaba abruptamente. Por suerte caminaba despacio y pude ver el fin en el acantilado. Unos pasos más y habría vuelto a casa en pedazos. Volví, preocupado. ¿Y si aparecía un puma? ¿Le serviría de cena? Pero cuando uno tiene que hacer una película, el universo acude en su ayuda. Decidí caminar hacia un lugar, sin expectativas, sólo por caminar. Me sentía perdido cuando algo me trajo a la realidad: un cactus con espinas de 30 centímetros. El dolor me provocó risas. Estaba loco. Reía en medio de unas ruinas, bañado por la débil luz de las estrellas y la luz de Pisac a lo lejos… Seguí andando, esta vez riendome de mí mismo y de la situación. Y encontré el camino. Ah qué fácil. Y así llegué al pueblo de Pisac a altas horas de la noche… cuando todos sus habitantes dormían lejos de ruinas y espinas de cactus…

EL VALLE SAGRADO, Tambomachay

EL VALLE SAGRADO, Tambomachay

Tambomachay significa en runa-simi (quechua) lugar de descanso. Y como su nombre lo indica no precisa más aclaración. Está compuesta de una serie de acueductos y canales, y cuentan que las dos ultimas fuentes son tan precisamente iguales que si uno pone una botella en cada fuente, ambas se llenan al mismo tiempo.

Al frente de Tambomachay en diagonal se encuentra un Pukara: Pukapukara. Es una construcción militar que podría traducirse como Fortaleza Roja. (Puka: rojo, Pukara: Fortaleza)

Son dos lugares que se pueden visitar en una mañana y vale la pena. En Tambomachay suelen ponerse algunos vendedores a vender artesanías… muchas de ellas, verdaderas obras de arte.

EL VALLE SAGRADO, Sacsayhuaman

EL VALLE SAGRADO, Sacsayhuaman

¿Centro ceremonial o fortaleza? Todavía los científicos y eruditos no se ponen de acuerdo sobre la utilidad de Sacsayhuaman. Lo que nadie pone en duda es que el vocablo deriva de Sacsay: Satisfecho y Huaman: Halcón; por lo tanto esta megaestructura lítica se traduce como Halcón satisfecho. Aún más cerca que Qenqo, a 3km de Cusco se encuentra esta magnífica obra.

Llama la atención lo enorme de las rocas, una de ellas llega a superar la centena de toneladas y cómo algunas piedras, tomadas en conjunto, simulan elementos de la naturaleza, desde llamas(el camélido) hasta garras de puma.

Mucho se ha escrito sobre estas murallas, tanto que copio un resumen de algunos autores:
Son abundantes las descripciones de la riqueza de los decorados interiores, así como de la alta calidad y la abundancia de los objetos guardados en sus habitaciones. Ello confirmaría que fue un templo dedicado al culto solar o, como apropiadamente lo llamó Cieza de León, una “Casa Real del Sol”.
Entre los cronistas que describen a Sacsayhuamán como Casa Real del Sol, podemos mencionar a los siguientes:

  1. Garcilaso de la Vega, quien deja testimonio en sus Comentarios Reales, que los cusqueños sabían que este complejo arquitectónico era en realidad una Casa Real del Sol. En el capítulo VI de su Libro Séptimo dice: “salía de la fortaleza un inca de sangre real como mensajero del Sol … salía de la fortaleza y no del Templo del Sol, porque decían que era un mensajero de guerra y no de paz, que la fortaleza era Casa del Sol”.
  2. Pedro Cieza de León, cronista español de los tiempos de la conquista, dice en su libro El Señorío de los Incas, que al norte de la ciudad del Cusco, en un collado, se ubicaba la Casa Real del Sol.
  3. Martín de Murúa, también cronista español, dice de Sacsayhuamán que “fue dedicada al principio para Casa del Sol y, en este tiempo, sólo sirve de testigo de su ruina”.

“Es indudable que no hay en la América ninguna otra estructura arqueológica que cause tanta impresión al visitante como Sacsayhuamán. Por muy prevenido que uno esté, el espectáculo supera lo imaginado”.
(Alden J. Mason).

Las torres

Hay una parte en la construcción donde se ven unos cimientos circulares; según los expertos en estos lugares se erguían tres torres de cuatro pisos de altura aproximadamente. Así lo relatan también cronistas, especialmente en la resistencia de Manco Capac II.

Para terminar, no está demás mencionar que para algunas personas, esta obra es producto de los sabios de la atlántida, para otros los incas tenían el poder del tercer ojo, para otros conocían una arena abrasiva que les permitía tallar las piedras a gusto…en fin, miles de teorías y supuestos. En lo que SÍ concuerdo es que Sacsayhuaman es uno de los lugares más misteriosos que existen en Sudamérica.